A mi me llega la gente que cree que haciendo sentir mal a los demás o maltratándolos, logrará su mejoría. Aquí estoy, nunca aprendí así, todo lo que puedo hacer y puedo hacerlo bien, lo aprendí con paciencia y AMOR!
Hubo gente que me maltrató, me comparó e insistió que entre a mi pobre cabeza algo que no podía. Ahí está: no lo aprendí ni lo aprenderé. No maldigo a nadie, solo espero que esas personas no existan, sólo logran que individuos tímidos y de buen corazón se sientan más devaluadas que de costumbre.
Por lo contrario, agradezco a Dios que pone en el camino de todos a alguien que tiene paciencia para esperar, que puede seguir pasos lentos sin desesperarse, alguien que tiene la bondad de aprender juntos. Así, yo aprendo, lo interiorizo y lo vuelvo filosofía de vida si quiere. Y poco a poco dejaré de tener esa mala manía de la timidez y mi bajo rendimiento en la actividad que sea. ¡Viva la libertad de elegir! ¡Vivan las personas que quieren que se logre el aprendizaje! ¡Viva la paciencia! ¡Viva el amor para todos!