Mi lugar está en el centro de las carpetas unidas de dos. Mis ojos chocan exactamente en el agujero de vidrio que hay en la puerta. Mis pupilas se dirigen directamente hacia el frío piso con barandas grises. Mis sentidos enfocados únicamente hacia ese pasillo, delgado y frío como la mañana.
Seres comunes pasan por allí, pero yo solo espero a uno. Aquel ser que puede pasar el tiempo leyendo no se qué acostado en las gradas. Sus ojos rasgados se abren y cierran denotando el cansancio que produce el día a día, se van moviendo de un lado a otro constantemente. Sus pies sueltos con zapatillas grandes y los pasadores anchos.
Lo veo, desde aquí lo veo. Es fácil, solo levanto la mirada y aparece. Tan grande, tan distinto, tan él mismo.
Desde aquí, toda la mañana lo busco, busco sus ojos, tan pequeños como dos canicas, tan brillantes como la luna, tan lejanos como una estrella.
Veo también su boca tan perfecta, su dentadura especial, pero perfecta. Su sonrisa tan llena de energía y frescura. Su expresión tan dulce que me enternece.Sus mejillas tan suaves y blandas como un peluche.
Desde aquí puedo verlo. A solo diez pasos está tranquilo, lento, ignorándome. Ignorando mi presencia, mi existencia. Ignorando las cosas que escribo por él, para él. Ignorando todo el mundo que he creado en mi cabeza.
Una sombra. Ahí viene! No! no era él. Eran otras personas que pasan sin imaginar que las veo. Pasan caminando como en las nubes. Y yo desde aquí, lo espero. En mi aburrimiento lo espero. Tan solo quiero verlo. Tan solo espero que mis ojos capten esa extraña combinación de colores. Tan solo espero que su cuerpo aparezca de nuevo entre mis pensamientos. Lo espero, lo espero y duermo, sueño,sueño.
Ohhhh qué bonis Helene! Lo voy a pegar en tu facebook!
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