sábado, 25 de septiembre de 2010

Circuito de estadios (I parte)




¡Sale campeón! ¡Sale campeón! grita la multitud una tarde cualquiera en un lugar donde pronto habrá una fiesta. Una bandera inmensa cubre las cabezas, se mueve con fuerza y esperanza como vibran  los corazones, y va cayendo y cayendo hasta el final como las diferencias de sexo, edad, estrato social, etc. Van cayendo y cayendo hasta que quedan en el piso. Un susurro suave toca las cabezas. Una sola voz grita:¡vamos! ¡vamos!. Papeles de colores, pancartas, humos casi irrespirables; pero no importa, nada importa cuando se trata  de alentar  a su equipo. Un estadio: el escenario. Una gran porción de territorio que congrega a miles de personas en todas partes alrededor del mundo y Perú no puede ser la excepción. Lima también tiene esos espacios para las personas que pueden dejar todo en la tribuna. Que son hinchas que con dos colores dan contexto a toda una vida. Los estadios son, además, el lugar que les permite gritar a toda voz un retumbar de un balón sobre una tenue malla al extremo de la dimensión magnifica del campo  verde.

Tan solo una trenza

Un día cualquiera me encontré con un grupo de amigos. Entre otras cosas, las de siempre por supuesto (cómo estas, que tal las clases, etc) me hicieron una observación: "tu trenza, está larga" "que rica tu trenza" "¿Es una promesa?¿Es un objetivo?" y me hizo pensar qué realmente es mi trenza.¿Lo hice por algo en especial?¿Es de verdad una promesa? ¿Tiene algún nombre? Quizás ¿Alex? Y me puse a pensar, buscar en mis recuerdos y aun más allá.

-Qué bonita tu trenza
- Qué asco me da tu trenza
- ¿Cómo la lavas?
- ¿Crece trenzada?

De mi lacia cabellera sobresale un mechón de cabello, delgado progresivamente, es mi trenza, que la cargo hace algunos años. Fue en el año 2003 creo, que decidí hacerla. Recuerdo por qué fue: un acto de rebeldia frente a una injusticia. Recuerdo que en el colegio me quitaron una pulsera hecha por el más barato hilo del mercado, estaba hecha por mis amigas, y por si fuera poco, me había acompañado en toda mi etapa de sueño profundo, que pudo ser eterno pero no fue así por un regalo divino. Le tenía cariño. Estaba toda sucia y mal hecha, pero la quería porque había soportado conmigo todos los exámenes y habitaciones en las que estuve durante ese periodo. Y me la quitaron porque no estaba permitido en el colegio, nunca me la devolvieron. Fue allí cuando decidí hacer algo para demostrar mi rebeldia. Me hice una trenza y la escondía entre mis cabellos. Me cortaba el pelo pero nunca la trenza y ésta iba creciendo y creciendo hasta que no pude controlar la situación.

Una vez me corté el pelo muy pequeño y mi trenza sobresalía demasiado. Mi mamá me dijo que se veía mal, así que la corté, pero no toda solo un poco, y comencé de nuevo. Cortando las horquillas y emparejando los finales.

Pero, al grano ¿Qué significado tiene? ¿Tiene alguno? Claro que tiene. Lo hice porque en esa etapa de mi vida noté un cambio, un cambio radical. A partir de esa trenza puedo contar una historia nueva, los años próximos que viviré. Y los vividos (que no recuerdo mucho) no quedarán atrás, sino que serán solo recuerdos borrosos. Ahora es una etapa diferente que, espero yo, sea mejor. Llena de coloridos días y primaverales años. Con esta trenza recuerdo y agradezco. Con esta trenza miro al cielo y sé que Dios existe.

Cuando me la corte, lo tengo planeado para cuando termine de estudiar aunque no se qué pase, no significará que todo se haya borrado, para nada, solo sera un nuevo pase para  comenzar otra vez, con fortalezas y oportunidades nuevas. Será un nuevo comienzo.^^